viernes, 11 de julio de 2014

Ahorita que hay poco sol, ¡a sembrar lechugas en el #HuertoUrbano!



Hay una variedad inimaginable de lechugas diferentes, pero todas pueden ser sembradas y cosechadas con éxito en un huerto urbano.

Las lechugas son un poquito especiales, porque necesitan luz pero no soportan el sol directo. Por eso es probable que, cuando no tenemos la experiencia suficiente, nos cueste trabajo hacerlas germinar y crecer con éxito. Pero ¡ánimo! Se puede y, agarrándole la ondita, es más fácil de lo que parece.




Cabe mencionar que las lechugas, como las acelgas y las espinacas, son perennes y no es necesario arrancarlas todas para disfrutar de ellas; con cortar las hojas externas es suficiente. Esto significa que, si contamos con varias en nuestro huerto, seguramente podremos comerlas prácticamente diario, dejando que se recuperen luego de cada corte.




La segunda observación que debemos tener en cuenta es que las lechugas tienen una raíz de 25 centímetros en promedio; esto es importante para saber en dónde las vamos a sembrar, además de que los que le saben a la hidroponia, las ponen en agua y les ha resultado bastante bien.


Yo hablo de lo que sé, desde mi propia experiencia, así que les cuento cómo logré hacerlas germinar.



Para germinar lechugas:

1. Llena tus almárcigos con sustrato, vermiculita o turba, humedécelos y encima de cada uno pon entre dos y tres semillas de lechuga. Toma en cuenta que son increíblemente pequeñas, así que ten paciencia. Hay quien usa pinzas, pero ya depende de cada quien.






2. Humedece una hoja de periódico o toallas de cocina y ponlas sobre los almárcigos para cubrir las semillas. Después, mételos en una bolsa de plástico y ponlas donde les dé la luz y un poco de calorcillo, pero no la luz directa del sol. Asegúrate de que permanezcan húmedos todo el tiempo.







3. En cuestión de una semana las semillas empezarán a germinar. Si eres de quienes se desesperan y no puedes evitar espiar, fíjate bien en las semillas: las buenas se hinchan y cambian de color en un par de días, de modo que podrás ver con claridad cuáles germinarán.





4. En cuanto hayan germinado, saca los almárcigos de la bolsa y quítales el papel húmedo. Aquí viene el primer obstáculo: encuentra un lugar en el que tengan luz de sol, pero no sol directo. Si tienes el tiempo y la paciencia, puedes sacarlos diario para que les dé sol durante una media hora diario, pero asegúrate de que sea cuando no haga muchísimo calor. Mantén el suelo húmedo todo el tiempo.




5. Cuando tus lechugas tengan por lo menos cuatro hojas verdaderas (o sea, seis en total), entonces podrás cambiarlas a su lugar permanente. Dado que sus raíces miden alrededor de 25 centímetros, puedes usar botellas de refresco de dos litros o pequeñas macetas, como espacio mínimo, para trasplantar tus plántulas.



6. Ahora sí, espera a que crezcan tus lechugas y empieza a cortarles las hojas exteriores, las más grandes, para dejar que los brotes sigan apareciendo y creciendo. Cuida mucho que tus lechugas se mantengan en un espacio con mucha luz pero poco sol directo. La temperatura ideal para ellas son 12°C.




Por supuesto, el nivel de consumo depende de cada quien, pero yo te recomiendo que tengas unas 10 o 12 lechugas sembradas, de modo que puedas cortar unas cuantas hojitas a cada una y permitas que se repongan antes de acabártelas.

Si decides cultivar lechugas hidropónicas, tendrás que ponerlas en agua con un suplemento que les dé los nutrientes que necesitan. No puedo hablar mucho del asunto porque, aunque he leído al respecto, no tengo todavía la experiencia suficiente para ello.



Ahora sí, feliz cosecha y a disfrutar de sus ensaladas.




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